Sonrisa

Historias de un karaoke

No voy al teatro todo lo que debería y me gustaría pero de vez en cuando se da la oportunidad de ir a ver alguna obra. En esta ocasión y gracias a una amiga dedicamos la tarde del viernes a asistir a la representación de “Historias de un karaoke” en Torre Pacheco.

“Tragicomedia a ritmo de karaoke con un reparto de lujo” sería el resumen que haría a voz de pronto…

Elisa Matilla, Ángel Pardo, Juanjo Artero y Pepa Rus son los cuatro absolutos protagonistas de ‘Historias de un karaoke’, una comedia escrita por Juan Luis Iborra y Antonio Albert.

El ambiente «cutre» del karaoke de barrio donde transcurre la acción, es el reflejo de la vida de los cuatro protagonistas cada uno de los cuales ve marcada su existencia por un trauma más o menos grave según el caso que hace de ellos gente sin más ilusión que la de cantar «su» canción cada noche en el local y esperar el aplauso del resto de infelices.

Hasta ahí la premisa inicial de la que parte esta obra. Pero para definir «Historias de un karaoke» no hay que hablar del argumento si no de los personajes; dos histriónicos sobre los que recae el mayor peso (Elisa Matilla y Juanjo Artero) y dos menos exagerados que sirven de hilo conductor durante el desarrollo de la historia.

Artero y Matilla llevan el peso de la obra, si, pero de manera muy diferente. El papel de él es el que tiene el problema más grave que se compensa con un trabajo cómico muy físico. En cambio el personaje de ella enamora. Una estrambótica mujer abandonada por su novio pero que aún tiene fe para apostar por un nuevo amor.

La puesta en escena es muy original y hace muchos favores al guión. El inicio es buenísimo. Los cuatro actores cuentan al público cual es su problema y sienta las bases del tono y la línea de toda la obra. Cuatro monólogos en los que ni el orden de palabra, ni el ritmo, ni las transiciones de un personaje a otro están dejadas al azar.

El karaoke actúa como transición entre escenas ya que se aprovecha el momento en que cada personaje sube a cantar «su canción» para cambiar de tiempo en la trama, lo que antes se hacía bajando el telón.

Bien es verdad que por sacar algún «pero» hay un momento en el que la balanza drama-comedia se decanta hacia el drama durante un rato por necesidades de desarrollo de la trama y rompe un poco el ritmo. A pesar de esto el inicio y el final hacen que el recuerdo de la obra te deje un gran sabor de boca.

Más allá de esto, el inicio de la obra en la que hacen participar al público en la recreación de un karaoke real me parece una estrategia genial para centrar la atención, crear el clima e ir entrando en calor. Mi actuación estelar en el escenario es algo en lo que no voy a entrar aqui … xD

P.D: Es un gusto conocer gente que te aporta sonrisas!

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