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Estructura del texto de un anuncio inmobiliario

Hace tiempo que se ha estandarizado el uso de la fotografía profesional, e incluso del home Staging, entre las agencias inmobiliarias que apuestan por la profesionalización y diferenciación de sus servicios de valor añadido.

Sin embargo, esto aún no pasa con los textos que siguen siendo, en la mayoría de las ocasiones, una mera narración de la ficha del inmueble. Un auténtico desperdicio.

La imagen impacta, engancha, llama la atención, pero lo que enamora es el texto. La puntilla siempre es el texto.

En la descripción del inmueble tenemos la oportunidad de que el comprador se visualice allí: en el barrio, en el edificio… y hacer crecer en él la sensación de que es el sitio ideal para desarrollar su vida.

También es el lugar perfecto para paliar las cuestiones negativas y argumentar las positivas poniéndolas en valor y dándoles protagonismo.

Para acabar con esta situación y, por si no sabes por donde empezar, te dejo una propuesta de estructura muy sencilla de seguir que hará que los textos de tus anuncios empiecen a aportar valor a tus anuncios y por tanto, a tus clientes vendedores. 

INICIO: El primer párrafo del anuncio debemos dedicarlo a interpelar directamente a los que creemos que son el público objetivo de la vivienda: estudiantes, recién casados, familias con hijos… A ellos hay que resaltarles la principal ventaja competitiva que la casa tiene para sus necesidades y anhelos. 

REFUERZO: A continuación, debemos pasar a dibujar con detalles concretos, el estilo de vida de la zona. Lo que hará que su día a día en la vivienda sea lo que ellos buscan para sus rutinas. 

CARACTERÍSTICAS. Ahora sí. Ya le hemos dado motivos para querer vivir allí, ahora vamos a recordar los detalles técnicos y características que ya han podido intuir por las fotos o leído en la ficha técnica. Número de dormitorios, metros, orientación… pero aportando ejemplos de uso, resaltando detalles, o dibujando situaciones que consideramos que encajan con la persona a la que nos dirigimos. 

Por ejemplo, si la vivienda pensamos que interesa a familias con niños pequeños podemos resaltar que todo está a la misma altura, incluidos los rieles de la puerta a la terraza. Que las habitaciones tienen luz y espacio para variar la distribución según cambien las necesidades de los niños. Que la cocina es amplia y con espacio para comer para cocinar mientras los niños cenan…

La idea es llevar la característica objetiva a una situación concreta llena de simbolismo y emotividad. 

Recuerda no ocultar los inconvenientes más obvios. Aprovecha para rebatirlos o paliarlos con argumentos positivos.

Por ejemplo, si la casa se vende sin garaje podemos añadir que hay plazas de garaje a la venta ahora en el edificio o cercana y podemos gestionar la compra, que hay aparcamiento en la zona y no hace falta o incluso que hay buenas comunicaciones con transportes públicos… No siempre es posible, es verdad. Pero también es verdad que es factible hacer esta contraargumentación muchas más veces de las que crees ahora mismo. 

CIERRE: Volvemos al principio. Volvemos a la característica principal relacionada con el estilo de vida de la zona o de la de vivienda. Cerramos el texto con esa gran razón por la que el lector no debe dejar pasar la oportunidad de, al menos, ir a ver la vivienda en persona y descubrir qué le hace sentir. 

El texto de los anuncios es la principal herramienta de persuasión que tenemos con los compradores, sin embargo, recuerda que cualquier material de comercialización que hagamos con una vivienda gestiona es, en primer momento, un servicio para nuestro cliente vendedor. 

El vendedor va a buscar su anuncio, va a evaluar las fotos, va a examinar el texto… demuéstrale que eres un profesional de la comercialización inmobiliaria. 


¿Le prestas atención a los textos de tus anuncios inmobiliarios? Espero que a partir de ahora sí 

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