Hoy me levanto con una malísima noticia (a parte de que empieza la campaña electoral) y es que finalmente Bildu podrá ser candidato al voto. Pero la peor noticia no es esa, es que haya ciudadanos que vean en esto la victoria de la democracia. Vamos a la deriva.
No entiendo como hay ciudadanos que celebran que Bildu pueda presentarse a las elecciones como una victoria de la democracia. No hablo obviamente, del entorno terrorista que salió a las calles en Iruña cantado el Eusko Gudariak y lanzado gritos de Independencia, (a los que apoyan la teoría de matar como medio para algo no los califico de ciudadano*) hablo de los que se auto proclaman, a gritos a ser posible, «defensores de la libertad y de la democracia» es habitual también encontrar en su discurso una alusión a la «libertad de expresión» que da un toque muy moderno aunque esté vacío de contenido en la práctica.
Antes de continuar me gustaría destacar que soy periodista, que ejerzo la profesión y que pienso que si se ejerciera con responsabilidad sería el trabajo más importante que hacer por y para una sociedad democrática, así que absténganse de poner en duda la importancia que yo le doy a la libertad de expresión y a la libertad en general, pero no comulgo con la teoría del relativismo y del todo vale.
Quiero creer que la gente que aplaude que Bildu se presente a la elecciones lo hace desde el convencimiento de que toda opción política debe poder presentarse a unos comicios y ser valorada por los ciudadanos, pensamiento absolutamente correcto. Donde yo veo el error es que no es eso lo que se está debatiendo. Nadie pide la ilegalización del partido porque sean nacionalistas (de esos ya hay muchos) ni por una política social diferente a la del gobierno, ni económica, ni de nada de eso, se pide la ilegalización porque forman parte de alguna manera de una banda terrorista ¿hay alguna manera más explícita de luchar contra la democracia? Nadie cuestiona lo que defienden si no el cómo lo defienden. Matar gente, poner bombas o amenazar a empresarios y políticos… que yo sepa no son fórmulas democráticas. Y claro que hay gente a favor que los vota, tiene que haber de todo en este mundo, pero que exista no quiere decir que tengamos la obligación de darles voz social. Ahí está la clave. No todas las posturas son igualmente válidas sólo por existir. No todo es defendible ni se debe consentir en una sociedad, eso no es democracia. ¿Es igual de válido matar que no matar? porque las dos son posturas elegibles por todos…
Parece que el nacionalismo y sobre todo el terrorismo relacionado con él es como un tema tabú con el que hay que ser siempre políticamente correcto, pero ¿y si el terrorismo en vez de estar relacionado con el nacionalismo estuviera por ejemplo, relacionado con la homosexualidad?, ¿si un partido político defendiera a una panda de extremistas que se dedicara a asesinar a los homosexuales para conseguir lo que fuera? Eso seguro que levantaría voces por todo el país calificándolo de antidemocrático (que por supuestísimo lo sería), dirían que cómo permitimos que esa gente que va a acabar con las libertades participara en unas elecciones, y ¿¿por qué con lo otro no pasa?? ¿o los que se alegran de que Bildu vaya a las elecciones también se alegrarían si éste partido imaginario lo hiciera? es una pregunta interesante para que algunos se la hagan y si la respuesta es «si», entonces apaga y vámonos. Debo ser yo la que tiene una precepción errónea de la democracia.
«Esto prueba que hay españoles que creen no serlo que no aprueban el terrorismo pero prefieren fortalecer a ETA con tal de debilitar al gobierno» Pedro J. Ramirez.
* Ciudadano: Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país. Hombre bueno. (Diccionario de la Real Academia Española)
Para evitar ir a la deriva, un barco no tiene más que dos soluciones: = arreglar el timón o ser remolcado. El timón no tiene arreglo con la actual tripulación. No hay mas remedio que pedir remolque a quien haya demostrado que sabe como hacerlo. ¡Animo!