San Francisco de Sales y poco que celebrar

Este Francisco de Sales hay pocas cosas que celebrar en el panorama laboral de los periodistas. Sin embargo, tengo la suerte de haber podido contárselo a la gente en el informativo para el que trabajo y dedicarles un ratito a mis compañeros de la ciudad. 

Esta semana, el día 24,  se «celebró» el patrón de los periodistas. Dice la tradición que San Francisco de Sales escribía durante el día cuartillas que repartía por la noche dejándolas debajo de las puertas.

Hoy la profesión ha ido cambiando en forma y fondo aunque curiosamente no ha cambiado tanto la dificultad para escribir honestamente lo que uno quiere de verdad, ahora en cambio, en vez de meter cuartillas bajo la puerta tenemos los blogs.

He entrecomillado el verbo celebrar porque dada la situación, los periodistas tenemos pocas cosas por las que organizar fiestas este año. Después de cinco años de crisis el sector periodístico es la segunda profesión más afectada sólo por detrás de la construcción. Sí, así como suena.

Normalmente la precariedad ejemplificada en sueldos ridículos y jornadas laborales interminables era trapos que se lavaban «dentro de casa» y la sociedad seguía diciéndonos por la calle «eso de la tele mola, ¿eh?» o «anda que te lo pasas poco bien, que estás en todos los fregaos», sin embargo, la situación llevada al extremo con los EREs en grandes medios nacionales (El País, El Mundo, Telemadrid…) y sobre todo, con la libertad que da internet para que los periodistas puedan de verdad contar qué pasa, ha hecho que la realidad haya empezado a saltar la verja y empiece a ser de dominio público.

Bien es verdad que ya se han encargado de meterle en la cabeza a la gente ideas como «la tele pública es un gasto absurdo», «los periodistas son todos unos sinvergüenzas vendidos a las empresas» y un largo etcétera. No voy yo (porque no lo he hecho nunca) a ser la que defienda la gestión de las televisiones públicas regionales ni siquiera los contenidos que emiten, sin embargo, sí escribo que no son un gasto absurdo y de hecho no tendrían por qué ser un gasto si se gestionaran bien.

Pero no quiero perderme en personalizaciones o ejemplos concretos, solo quiero aprovechar la fecha para reivindicar la importancia del periodismo para una buena democracia. Y la importancia de que existan periodistas para que haya periodismo (parece absurdo pero no lo es).

Tengo la suerte de trabajar en un medio ajeno al mercado de la comunicación al uso y hemos podido realizar este pequeño homenaje a todos los compañeros en el informativo.

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