Nos encontramos en un mundo totalmente globalizado, con los clientes, consumidores y empresas interconectados de manera diaria. Es una situación y un contexto que no es opcional, y suele pasar, que a las empresas no les gusta mucho, aunque solo sea porque es nuevo.
Tampoco es por casualidad que cada vez más empresas le den importancia a la RSC o RSE (responsabilidad social empresarial). Ya sea por motivos estéticos o por convencimiento de la Dirección, la cuestión es que poco a poco se va extendiendo la conciencia de, como mínimo, aparentar que las cosas se hacen con compromiso social e implicación con las personas más allá de los meros beneficios económicos.
Es justo en este punto donde la comunicación y más aún, la comunicación responsable adquiere importancia.
Lo que no se comunica no existe y lo que se comunica mal es mejor que no existiera porque las consecuencias pueden ser desastrosas para el producto o la imagen de marca de la empresa.
¿Qué es la comunicación responsable?
Podemos, en un primer momento, describir la comunicación responsable simplemente como la suma de los significados de los términos:
Comunicación: Acción de comunicar.
Responsable: Que pone cuidado y atención en lo que hace o decide.
Sin embargo, debemos destacar algunas peculiaridades que incluye el concepto de «Comunicación Responsable» para una empresa que quiera implantarla.
– Es un concepto que debe implantarse de manera transversal en la empresa. Afecta a todos los departamentos.
– Incluye una conciencia de transparencia en los procedimientos y en el trabajo diario con especial hincapié en el flujo de la comunicación interna.
– Una Comunicación Responsable debe ser sinónimo de una gestión responsable
“La comunicación responsable es más necesaria que nunca y se tiene que comunicar de manera profesional, con rigor y veracidad. No somos, necesariamente, lo que la gente percibe, sino que somos lo que el público percibe que comunicamos”.
José Manuel González Huesa. Director general de Servimedia
Claves para una Comunicación Responsable:
Lo ideal es tener una persona que gestione la comunicación de la empresa de manera profesional en exclusiva o casi en exclusiva. Para ello son básicas dos cuestiones:
– Que sea un profesional de la Comunicación.
Este punto se centra en la importancia de que la persona que se encargue de la comunicación la entienda como una cuestión de vital importancia y la trabaje con profesionalidad. Estas áreas tienen el peligro de que todos los ciudadanos tenemos un trato directo en nuestra vida diaria con ellas (medios de comunicación, redes sociales, conferencias, emails, etc) y por tanto, la asumimos como algo cotidiano. Caemos en la ilusión de creer que todos afrontamos los medios, las redes sociales o la redacción de un email, con conocimientos profesionales sobre ello y no es así.
Para fomentar este aspecto, se ha creado el Sello de Comunicación Responsable que se entrega a las empresas que tienen periodistas colegiados en su plantilla o que les contratan los servicios de comunicación aunque no formen parte de la estructura interna de la empresa.
– Que la empresa le otorgue la confianza y sobre todo, el respeto que el puesto necesita.
En cierta manera también tiene puntos de conexión con la anterior cuestión pero las separo para destacar la importancia del puesto dentro del organigrama de la empresa.
Si la organización ha creído necesaria la creación del puesto, debe respetar su opinión y su guía especializada al igual que hace con los técnicos de otros departamentos. Parece algo obvio pero en el día a día no lo es para nada, de hecho es una de las grandes dificultades a las que se enfrentan los DirCom.
Lo más productivo y mejor para la empresa es que el responsable de comunicación dependa directamente de Dirección General o al menos, esté incluido en las reuniones de importancia para la empresa e informado de cada situación con nivel directivo ya sean únicamente internas e indispensablemente, si afectan de alguna manera o pudieran afectar a la imagen externa de la empresa.
Rutinas para la comunicación responsable:
Como hemos dicho, el responsable de Comunicación es el que controla y supervisa las comunicaciones que se hacen en nombre de la empresa.
Lo más habitual es que lo primero que se instaure sea una línea y unos estándares de comunicación o protocolos para aunar la voz de la empresa. Es importante para la identidad corporativa y es básico para evitar y/o afrontar momentos de crisis, unificar la voz de la empresa.
Esto significa que el responsable de comunicación deberá corregir o al menos, supervisar las comunicaciones o publicaciones que se hagan bajo la imagen corporativa basándose en:
– la línea corporativa de comunicación marcada,
– el medio de difusión,
– el público receptor,
– el departamento emisor,
– y por supuesto, el objetivo de la comunicación.
Bajo su supervisión también debe estar el diseño y uso de plantillas y formas corporativas (tanto internas como para comunicaciones exteriores). Dependiendo de la empresa, las competencias irán variando sobre todo en el desarrollo diario del trabajo, pero el responsable de comunicación siempre debe supervisar que la imagen de marca (diseño y textos de web, blog, publicaciones…) estén coordinados.
Si la empresa tiene un departamento de marketing o una agencia externa, deberán estar en continua coordinación para que la comunicación comercial tenga sentido dentro de la comunicación corporativa.
Comunicar responsablemente y cuidar la imagen y comunicación de la empresa es la línea de trabajo más transversal que puede tener una empresa. Afecta a todos y cada de uno de los trabajadores por lo que desde Dirección debe haber una conciencia real de poner en funcionamiento el engranaje para mejorar y mantener este aspecto o la creación del puesto de DirCom o responsable de comunicación, no servirá prácticamente de nada.
Espero que os haya servido esta entrada como primer contacto con el concepto y con los pasos para empezar a trabajar en ella en vuestras empresas. Cualquier aportación será bien recibida =)
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