Ya comenté en este blog que el tema que llevé a Inmocionate 2025 había sido una apuesta personal grande, que estaba plenamente convencida de que era «el tema» del que había que hablar y llamar la atención a la agencias y también os comenté que tuvo impacto entre los asistentes. Lo que no imaginaba era que esa repercusión me daría la oportunidad de seguir defendiendo el tema unos meses después delante de otro público: el de las asistentes al congreso de AMPSI.
Ana Luengo, presidenta de AMPSI, estaba entre el público que me escuchó Torremolinos y vio como yo que era un tema importante sobre el que hablar en este momento de mercado ¡y yo feliz!.
Este año era la tercera vez que acudía al congreso de las mujeres inmobiliarias, anteriormente siempre como representante de mi antigua empresa, en esta ocasión como ponente. Un orgullo.
Este año fue diferentes, claro, pero al final me subiera al escenario o no, los congresos siempre dejan huella por la parte de las conexiones con la gente. De hecho, que Instagram me avisara en la publicación que hice sobre esos días de que no podía etiquetar a más personas resume bastante bien cómo exprimí mi paso por el XII Congreso de AMPSI. Porque AMPSI tiene algo especial: ese halo que se genera cuando las mujeres se juntan para construir, compartir conocimiento y apoyarse sin reservas.
Además, pude sentir como muchas de las mujeres que hace unos años fueron mis clientas o alumnas hoy forman una red profesional sólida, generosa y auténtica. Fue un gran recordatorio de por qué merece la pena dedicar tiempo y energía a lo que hago. Incluso cuando parece que no los tengo.
No se trató solo de hablar en un congreso. Se trató de seguir construyendo juntas una nueva forma de entender la profesión inmobiliaria: más colaborativa, más consciente, más humana.
Y eso, sin duda, es lo que más me inspira a seguir.


