Para los que estamos sumergidos completamente en el sector de la agencia inmobiliaria es una pregunta que a simple vista no tiene mucha complicación para ser respondida. Sin embargo, deberíamos pararnos a pensar que quizás nunca nos la hayan hecho o lo hayamos tenido que verbalizar.
Quizás algún gerente o bróker ha tenido que argumentar una respuesta en el momento en que ha puesto una oferta de trabajo, sin embargo, en mi análisis online de dichas ofertas, la verdad es que es que hay poco trabajo de reflexión y teoría detrás.
Lo más fácil y obvio, que nos suele llevar a un error de simplificación, es ver a la coordinadora (o coordinador, claro, aunque hablo en femenino porque son mayoría aplastante de trabajadoras ejerciendo ese puesto) como una recepcionista.
Algunas de las tareas que más tiempo le ocupan y más a la vista están son, efectivamente, coger el teléfono, recepcionar (que no atender) a clientes que llegan a la agencia o gestionar el correo electrónico genérico de consulta de la empresa.
Sin embargo, ¿son esas sus tareas más valiosas para la agencia? ¿Es en la ejecución de esas tareas donde la profesional aporta su mayor diferenciación?
Desde mi punto de vista no. O al menos no si nos limitamos a esa visión en la que el puesto de trabajo se limita a recepcionar y distribuir los mensajes recibidos.
Una coordinadora inmobiliaria es muchas cosas juntas, una de ellas una recepcionista, pero desde luego no es solo eso.
Tras hablar con muchas coordinadoras inmobiliarias en activo, algunas por más de diez y veinte años, y analizar las tareas que suelen llevar a cabo, podemos resumir que una coordinadora inmobiliaria es…
- Una recepcionista
- Una secretaria adjunta a la dirección
- Una técnico de atención al cliente
- Una auxiliar de marketing
- Una auxiliar administrativa
- Una controladora de procesos
- Una community manager
- Una closer (experta en cerrar visitas con llamadas frías)
- Una social media manager
- Una técnico en recursos humanos
- Formadora de personal